viernes, 18 de febrero de 2011

Èrase una vez un perro y un gato

El 12 de junio de 2009 realizamos un cambio de residencia, nos cambiamos del Estado de México a la Cd. de Campeche. Viajamos en el coche 3 personas y un perro.

"Danger", "Danyer" o "cariñosito" como algunos le llamaban. En varias ocasiones nos acompañó de paseo a la Cd. de Oaxaca. Fué un perro viajero.

Al llegar a Campeche, por su bravura se le destinó el patio trasero de la casa, un espacio mas amplio del que contaba cuando viviamos en el "depa". Pasado varios días de haber llegado, aun se le notaba el "estres" por el cambio. A mi hermano ya lo conocia mucho antes, cuando nos visitaba en sus viajes a la Cd. de México, pero en esta ocasión, al acercarse mi hermano a él para saludarlo, el "Danyer" le lanzó un mordisco en la pierna, que nos alarmó a todos. Mordisco que no fué muy gravoso y que a los pocos días le desapareció a mi hermano sin grandes molestias.

Nuestra casa aquì en Campeche, tiene una barda que rodea el patio trasero de una altura aproximada de 2.70 mts. y remata con vidrios rotos como medida precautoria y evitar su facil acceso.

Ya teniamos un par de semanas y el "Danyer" ya tenía limitado su territorio con sus orines. En un anochecer, se escucharon sus ladridos y eran tal las fuerzas en sus patas traseras que se impulsaba hacia la barda como queriendo correr sobre ellas.

Ese alboroto lo provocaba una gata siamesa que andaba sobre la barda evitando los vidrios rotos. Pero lo acompañaba un gatito, suponemos que andaban de paseo. El gatito en un descuido o por el alboroto del perro perdió el equilibrio.

Tan pronto cayó al suelo el "Danyer" se fué sobre el gatito. Lo tomó entre sus fauces y lo sacudió repetidamente. Mi esposa se dió cuenta de la situación y con gritos arengaba al perro que soltara al gatito. Tuvo que llegar mi hijo Miguel que con cierto uso de fuerza metió las manos dentro de las fauces del perro. Solo de esa manera, soltó al gatito.

Inerme se encontraba el gatito. Al llegar a casa me comentaron del suceso y me acerqué para verlo, estaba muy quieto.

Ya se definía un lugar para "enterrarlo", cuando Miguel vió que abría sus ojitos. Se decidió por esperar alguna reacción favorable, apoyàndonos en la creencia popular de que los gatos tienen 7 vidas. Al día siguiente, la sorpresa fué que el gatito ya no estaba en el lugar donde se dejó casi sin vida.

Varios días pasaron, lo buscamos sin resultado favorable, hasta que hizo de pronto su aparición. Caminando y solicitando comida. Nos quedamos con el gatito y se le nombró "Lázaro".

Y "Làzaro" fuè el acabose de gecos, ratones, cucarachas, alacranes y todo bicho rastrero. Su astucia y paciencia para cazar ratones nos sorprendìa.

A los pocos meses de "adoptarnos" como familia, - porque asi fuè, nosotros no lo adoptamos, mas bien "Làzaro" nos adopto, incursionò a la propiedad de mi hermano Isidro. El tiene dos perras, la mas jovèn "Petruska" es una boxer especializada en acabar con gatos que tienen la osadìa de pretender ganarle en carreras.

Esa noche llega a nuestra casa mi hermano, con "Làzaro" entre sus manos, completamente lastimado, desangrando, la "Petus" lo atrapò y lograron rescatarlo aùn con vida. "Làzaro" sobreviviò a esta nueva experiencia, pero aprendiò a "respetar" ese territorio. Iba con mas precauciòn.

Lo mismo hacìa cuando se internaba al territorio del "Danyer", aprovechaba que estuvieramos algunos de nosotros para controlar al "Danyer". Ambos animales fueron buenas compañias. Para nosotros no los consideramos "mascotas" sino buenas compañias.

"Danyer" un dìa amaneciò inapetente, se consultò al veterinario, sugiriò desparasitante, continuaron los dìas, y no mejorò, se le aplicaron vitaminas sugeridas por el veterinario pero se agravò. Muriò despuès de 8 años de acompañarnos.

"Làzaro" dejò de ser un gatito y se convirtiò en un gato joven, siempre tan cumplido con sus responsabilidades, pero exigiendo siempre una caricia.

Se hizo un gato adulto y mas serio, iniciò sus correrias con gatas y gatos cercanos. Un par de veces se desaparecìa por dìas enteros pero siempre retornaba algo flaco y con mucha hambre. Con nosotros estuvo cerca de año y medio. Un dìa despues de esas correrìas llegò algo lastimado, comiò algo, durmiò mucho. En la noche se desapareciò y jamas volviò con nosotros.

Despuès de varios dìas lo consideramos muerto. A ambas compañias, al "Danyer" y a "Làzaro" los extrañamos mucho.

Han pasado ya tres meses y adoptamos a una linda perrita, la "cokie", esperamos crezca bonita.